ENTREVISTA
Antes de esta crisis había muchas más cosas….
Lorenzo, de 72 años, vive en Bauta, Artemisa. Trabajó más de cincuenta años en el sector estatal, en talleres y fábricas como tornero, ahora está jubilado con una pensión de 3600 pesos. Mientras responde nuestras preguntas está arreglando la manilla de un reloj que se le rompió. Nos comenta que él sabe hacer de todo, que ha tenido que aprender porque llevárselo a un relojero es gastar mucho dinero. Lorenzo enviudó hace aproximadamente 3 años. Su única hija vive en los Estados Unidos con su nieto.

Si pensara en su alimentación diaria, ¿diría que come realmente lo que quiere y considera saludable? ¿Qué factores influyen en sus decisiones a la hora de elegir qué comer?
No, no como lo que considero realmente saludable ni lo que quiero, como lo que puedo conseguir según mis posibilidades. En esto influyen la posibilidad real de buscar los alimentos, de conseguirlos en la calle, la inflación, la disponibilidad de los alimentos, la chequera que no alcanza. Pero además de eso, aquí en Cuba uno nunca ha tenido esa diversidad tan grande de productos para realmente elegir. Hay muchas futas o verduras que no hay, igual que carnes. Lo que sí es verdad es que antes de esta crisis había muchas más cosas y más asequibles.
¿Cuáles son los alimentos más importantes en su dieta y de qué forma accede a cada uno?
Los alimentos más comunes en mi dieta son el arroz, el pollo, alguna carne como el cerdo, el picadillo, el que se consiga de alguna forma, comprándolo a los negocios privados. Algún huevo comprándolo a los particulares, pero a precios desorbitantes.
Lo consigo todo en la calle, bueno algunas cosas en la calle, otras en las mipymes. También mi hija me ayuda desde los Estados Unidos cuando puede con alguna compra y eso
Ante la actual crisis económica en Cuba, ¿qué estrategias y opciones tiene para sobrellevar las dificultades que enfrenta?
Esperando, tratando de subsistir con lo poco que se tiene. Y nada, mucha paciencia. Por ejemplo, el agua hay que estar al tanto de los días que la ponen. Eh …cuando no hay con que cocinar hay que esperar a que aparezca la corriente, o si no con leña, con carbón….
¿Qué sentimientos y emociones experimenta cuando piensa en la labor de garantizar la alimentación en la familia?
Frustración, ansiedad, rabia a veces porque uno le dedicó toda la vida a este país. Yo no pertenecí nunca a ninguna organización, pero siempre trabajé, participé en el proceso a mi manera, pensando que el futuro iba a ser mejor y mira ahora, nadie se acuerda de los viejos.
¿Para Ud., cuál crisis ha sido peor, el Periodo Especial o la crisis actual? ¿Por qué?
La actual, porque en el Periodo Especial al menos la canasta básica seguía viniendo con bastantes cosas que ayudaban a suavizar el hambre, no en la misma magnitud que antes del Periodo Especial, pero al menos se tenía se tenía, ¿cómo se llama esto?... acceso a muchas cosas que hoy día no están en la canasta, no se garantizan y hay que buscarlo a través de otras vías.
Yo tengo la vivencia de antes de 1959… de haberlo visto, yo tenía 7 años, pero me acuerdo de que las bodegas estaban llenas, mi madre limpiaba y lavaba para otras familias, y aunque nunca hubo abundancia, no nos faltó la comida. También me acuerdo de que no todo el mundo tenía acceso a estas cosas. Siempre en todos los lugares hay quienes tienen más posibilidades que otros.
¿Cómo llegó a escoger esta ocupación/actividad? ¿Influye la crisis actual en ella?
Yo trabajé con el Estado en mi juventud de esto mismo, constructor, y lo dejé porque siempre han pagado muy poco. Por eso me puse a hacer negocios, recoger bolitas, vender cacharros, pero ahora que estoy mayor me tuve que reincorporar para poder ganar mi jubilación ya que al no tener ningún ingreso era difícil adquirir los alimentos. Gracias a eso al menos tengo la esperanza que cuando esté mayor podré tener una chequera, aunque sea para comprar lo poco de la bodega.
¿Se imaginaría realizarla durante el Periodo Especial? ¿Qué cambiaría?
No creo que cambiaría mi decisión de trabajar, pero la diferencia sería enorme. En el Periodo Especial iba a trabajar con la barriga llena, ahora no. En ese tiempo, por lo menos comía algo antes de salir a romperme el lomo, siempre había algo que te diera energía. Ahora tú me ves y llego al trabajo débil, con el estómago con café y agua, y así uno no rinde igual. Con los jefes que tenemos, trabajar es un castigo doble: te pagan mal y no tienes ni cómo alimentarte para seguir.
