ENTREVISTA
Es como si la crisis nos hubiera hecho más miserables
Lazara tiene 49 años y vive en Alquízar. Es “carretillera” (venta ambulante de productos agrícolas mediante una carretilla) y gana por ello unos 20 mil pesos mensuales aproximadamente. Los precios de sus productos son caros, “como los de todo el mundo”. Tiene buena variedad. Trabaja diariamente, incluidos domingos, desde las 8 am hasta las 5 o 6 de la tarde. Vivo con su pareja, que es auxiliar de limpieza en una escuela, por un sueldo mínimo.

Si pensara en su alimentación diaria, ¿diría que come realmente lo que quiere y considera saludable? ¿Qué factores influyen en sus decisiones a la hora de elegir qué comer?
La verdad es que no. A veces hay que conformarse con lo que hay, porque no siempre se consigue todo. Por ejemplo, me encantaría comer más carnes, de puerco, de res que me encanta, pescado, pero no siempre están disponibles o son muy caros. El precio es un factor que limita muchísimo.
Además del precio, está el tiempo. Trabajar todo el día y luego llegar a cocinar no es fácil, a veces se opta por lo más rápido, aunque no sea lo más nutritivo. También influye lo que se consigue en el mercado. Si hay plátanos, pues se comen plátanos; si hay yuca, yuca. No siempre se puede planificar, hay que improvisar. Luego también llegas a la casa además y es el lío de la corriente, el agua, etc.
¿Cuáles son los alimentos más importantes en su dieta y de qué forma accede a cada uno?
Yo como lo básico, la yuca, el plátano, el boniato, el arroz es fundamental, pero a veces escasea y hay que buscarlo en la calle, donde es más caro, los espaguetis, más menos eso. La yuca y el plátano los consigo aquí mismo en la carretilla, pero no siempre puedo cogerlo porque no me da la ganancia. Cuando no hay, toca buscar en otros lugares o cambiar el menú. La carne y el pollo son más difíciles de conseguir, y cuando hay, son carísimos.
Ante la actual crisis económica en Cuba, ¿qué estrategias y opciones tiene para sobrellevar las dificultades que enfrenta?
Bueno, hay que ser creativa. Directamente hay que reducir el consumo: antes comíamos carne de puerco dos veces por semana, ahora es una vez al mes, si acaso. Si antes me comía dos huevos ahora es 1, y así. Y claro, siempre está la opción de ir a la mipyme, aunque sea más cara, pero hay que, resolver.
¿Qué sentimientos y emociones experimenta cuando piensa en la labor de garantizar la alimentación en la familia?
Es una preocupación constante. A veces me siento agobiada, porque no es fácil asegurar que no falte la comida en la mesa. Siempre estoy pensando en qué vamos a comer mañana, si habrá suficiente, si podré conseguir todo lo necesario.
Eso también pesa, es un peso grande, porque uno quiere lo mejor para su familia, pero las condiciones no siempre lo permiten. A veces me da tristeza, pero también me motiva a seguir luchando, ver que hay viejitos por ahí que no tienen más nada y siguen luchando.
¿Para Ud., cuál crisis ha sido peor, el Periodo Especial o la crisis actual? ¿Por qué?
Uf, esa es difícil. El Periodo Especial fue durísimo, pero en aquel momento había más esperanza. No me mal interpretes, pero había un líder me entiendes, yo nunca he sido revolucionaria ni nada de eso, pero Fidel era otra cosa
Ahora la situación es peor, porque no se ve un final, no hay liderazgo, no hay nada. La escasez es más grave, los precios son más altos, y la gente está más cansada. Además, antes la gente se ayudaba más ahora cada uno está más enfocado en resolver su problema, ¿me entiendes? Es como si la crisis nos hubiera hecho más miserables.
¿Cómo llegó a escoger esta ocupación/actividad? ¿Influye la crisis actual en ella?
Empecé a vender viandas porque necesitaba un ingreso extra. Antes trabajaba en una escuela también, de auxiliar de limpieza, multioficios, lo que fuera, pero el salario no alcanzaba, así que decidí probar con esto hace ya como 15 años.
La crisis influye mucho, porque ahora hay más gente vendiendo, pero también más gente necesitada. Es un trabajo duro, pero me permite llevar algo de comida a casa y ganar un poco más que en otros empleos.
¿Se imaginaría realizarla durante el Periodo Especial? ¿Qué cambiaría?
En el Periodo Especial también se vendían viandas, pero era diferente. Había menos productos en la calle, porque las leyes eran otras, había más persecución y todo era ilegal. Ahora hay más competencia también, y más dificultades para conseguir los productos. Además, los precios están por las nubes, y eso hace todo más complicado para comprarlos yo y después venderlos. Pero creo que, en ambas épocas, esta ha sido una forma de resolver. Es lo que nos toca.
Si tuviera la posibilidad de independizarse de las actuales condiciones, ¿cómo cree que lo alcanzaría? ¿cuáles serían los factores que necesitaría o consideraría?
Mira, si yo pudiera salir de este enredo en el que estamos, lo primero que quisiera es tener algo mío, ¿tú entiendes? Mi propio negocio que me dé más estabilidad. Me encantaría tener tierras, pa’ sembrar yuca, plátano, aguacate, boniato, todo, lo que sea. Así no tendría que estar pendiente de si me va bien en la carretilla o no. Y si puedo criar animales también, puercos, vacas, carnero, pollos, de todo. Después pongo mi supermercado con productos del agro y cárnicos y eso. Y para lograrlo imagínate, me haría falta arrendar tierras o comprarlas y para eso me haría falta un inversor, alguien que ponga el billete y yo sea la cabeza del negocio.
