ENTREVISTA
No quiero ni imaginarme volver al Periodo Especial, fue una experiencia traumática
Lucía vive en Santiago de Cuba, tiene 59 años y es ingeniera

Si pensara en su alimentación diaria, ¿diría que come realmente lo que quiere y considera saludable? ¿Qué factores influyen en sus decisiones a la hora de elegir qué comer?
No, porque no puedo comer lo que quiero bien porque no tengo el dinero o porque no lo hay y lo que aparece no siempre es saludable. Por ejemplo, los embutidos son caros y no son sanos, pero es lo que aparece con relativa mayor frecuencia y el tiempo de cocción es menor lo que me ayuda a sobrellevar la escasez de gas o la falta de luz eléctrica.
Los factores que más inciden a la hora de escoger alimentos son su valor en el mercado y mi poder adquisitivo. A parte de eso reviso las ofertas que haya en el mercado y trato de buscar la que más se adapte a mi presupuesto. Aclaro que las ofertas son bastante reducidas, dos o tres productos a lo mucho.
Otro tema es que las cosas no siempre aparecen por lo que debo comprarlas para cuando las necesite; esto ha provocado que en ocasiones se me echen a perder algunos productos. Tengo muy poca libertad a la hora de elegir qué cocinar y qué no, trato de hacer las cosas que se echan a perder antes para evitar que se malogren. Tampoco es que tenga mucha variedad de alimentos o condimentos para hacer platos muy diferentes. No tengo libertad, estoy amarrada a lo que tenga en el momento.
¿Cuáles son los alimentos más importantes en su dieta y de qué forma accede a cada uno?
Los alimentos que más consumo son el arroz, el pan, pollo, embutidos, huevos, frutas y vegetales. Para acceder a estos recurro al mercado negro porque en la placita estatal no venden casi nada y en las ferias hay una oferta minúscula. Mi opción principal son los revendedores en los punticos de venta.
La ayuda que recibo desde el extranjero es decisiva para la compra de estos alimentos. Por ejemplo, si compro con mi salario un cartón de huevos, ya no tengo para pagar agua, electricidad y transporte. La ayuda que recibo del exterior es la razón por la cual puedo más menos mantener una dieta balanceada.
Ante la actual crisis económica en Cuba, ¿qué estrategias y opciones tiene para sobrellevar las dificultades que enfrenta?
Mi estrategia es rezar mucho para pedirle a Dios confianza, paciencia y sabiduría para tomar las decisiones y encontrar las opciones necesarias. Solo la gracia de Dios me sostiene en estos momentos en que me ha tocado ver como mis hijos y familia se han marchado al extranjero y yo me quedé sola.
Otra estrategia es acudir a las amistades y vecinos que conocen cómo, dónde y a qué precio buscar las cosas del mercado negro que son más difíciles de conseguir.
Mi fuente de ingresos principal es el trabajo normal y el segundo trabajo que realizo, pero, solo podría subsistir con eso de manera precaria. Gracias a Dios tengo la ayuda de mi familia en el extranjero
¿Qué sentimientos y emociones experimenta cuando piensa en la labor de garantizar la alimentación en la familia?
Todas estas cosas me generan frustración, desesperación, ansiedad y angustia. Porque es muy duro que uno trabaje, se esfuerza, ha vivido la vida entera haciendo las cosas bien y no puede garantizar la alimentación tuya y de tu familia.
Además, los que me piden resistir están todos gordos y sus hijos con mipymes fuera de Cuba. Es un sentimiento de decepción muy grande.
¿Para Ud., cuál crisis ha sido peor, el Periodo Especial o la crisis actual? ¿Por qué?
Para mí la peor crisis fue la del Período Especial pues ahora por lo menos tenemos la ayuda de la familia y de personas que salen y entran o venden en el mercado negro. Los que como yo, tenemos la amarga experiencia del Período Especial, vivimos en la lucha de guardar y acaparar todo lo que podemos por si de repente todo empeora.
Te expongo otro ejemplo, en el Período Especial se pasó mucha hambre, hambre de verdad porque no aparecía nada de nada, ahora al menos yo puedo comprar algunas cosas. Sé que hay personas peor que yo, incluso pasándola peor que en el Período Especial por el alto coste de todo, pero al menos yo estoy un poco mejor protegida.
¿Cómo llegó a escoger esta ocupación/actividad? ¿Influye la crisis actual en ella?
Yo no escogí mi centro de trabajo, tras graduarme de ingeniera, me ubicaron en un central del Minaz (Ministerio del Azúcar). Era lo que me tocaba y no había chance de cambio, hubiera preferido un centro de investigación, pues eso tenía relación con lo que estudié y además era lo que me gustaba, pero no tuve opción.
Cuando empezó a arreciar el Período Especial los muchachos empezaron a optar por los lugares en los que al menos pudieran luchar comida, para que veas de qué manera impactó la crisis, que trabajar por una alimentación en el trabajo era ya un éxito.
Muchas personas abandonaron sus trabajos por esa crisis, por ejemplo, muchísimos maestros abandonaron las aulas para trabajar en merolicos (puestos de venta ambulantes) o de cualquier cosa. Realmente fue una época muy triste en la que había que sobrevivir como se pudiera, de eso dependía que tú y tu familia no pasaran hambre.
La crisis actual también influye en mi trabajo. Nosotros somos una empresa de tecnología de 1er mundo y con la crisis no entran equipos, no entra nada para darle mantenimiento y remplazo a los dispositivos y sistemas de seguridad con los que trabajamos.
A raíz de esto la empresa ha sufrido serios recortes de personal a nivel nacional, ha bajado su rendimiento y, por tanto, han bajado también los salarios de los trabajadores que cobramos cuando la empresa sobrecumple, han disminuido.
