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ENTREVISTA

Yo dependo de mí mismo para buscar comida

León vive en San Antonio del Sur, Guantánamo, tiene 60 años y es campesino

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Si pensara en su alimentación diaria, ¿diría que come realmente lo que quiere y considera saludable? ¿Qué factores influyen en sus decisiones a la hora de elegir qué comer?

No, yo no como lo que quiero, qué va. Como de lo que siembro y lo que puedo agarrar por ahí en la laguna. A veces es boniato, plátano, yuca si es que la consigo, pero carne eso solo lo consumo poquitas veces al año, cuando mato un animalito. Gracias a dios a mí mi difunto padre me enseñó a sembrar y trabajar la tierra, por eso es que lo único que busco en el pueblo es arroz, aceite, sal y azúcar.

 

Mira, tú ves esas gallinitas que están ahí, esas las tengo para venderlas y así comprar arroz porque aquí para sembrar arroz hace falta agua e industrias y ni uno ni lo otro. Si no vendo algo mío, aquí no se come arroz.

 

Y con los apagones, ya la carne la tengo que ahumar porque el frío ya no conserva nada bien, todo se echa a perder.

 

También, mi familia es grandecita, yo no puedo decir que me voy a dar un lujo en un paladar y saber que ellos van a pasar hambre, yo no puedo hacer eso. Aquí ya uno no come lo que quiere, es lo que puede

¿Cuáles son los alimentos más importantes en su dieta y de qué forma accede a cada uno?

Mire, joven, lo que más como es boniato, plátano, yuca, un poco de frijoles cuando los consigo o tilapias si las pesco en la laguna cuando me lleva mi nieto, pero si hay algo que a mí no me puede faltar es el arroz, ¡Muchacho! Si yo no como arroz en la comida siento como si no hubiera comido. El arroz lo compro en las Mipymes por cantidad para que sea más barato.

El boniato y la yuca los siembro y cosecho yo mismo, pero no siempre sale bueno porque aquí o llueve mucho o hay seca, y el clima no siempre ayuda. Los frijoles los compro a los revendedores que pasan por aquí, porque en la bodega ya eso no llega y ya te dije que las tilapitas las pesco yo mismo. Yo bien o mal dependo de mí mismo para buscar la comida, y no tengo familia en el extranjero ni nada de eso que me mande nada

 

Ante la actual crisis económica en Cuba, ¿qué estrategias y opciones tiene para sobrellevar las dificultades que enfrenta?

Yo lo que hago es luchar con lo que tengo: si este año se me da bien el boniato, lo vendo o lo guardo; si no, truequeo (cambio) con el vecino para ver si me da algo. También cuando llega la hora de sembrar o cosechar llamo a mi familia y también a la familia de mi mujer para trabajar la tierra, porque la mano de obra está muy cara, así ellos me ayudan y yo los ayudo a ellos con viandas.

Los apagones me matan, porque sin luz no bombeo agua de la laguna, y si no riego, se pierde todo. Tengo un tanquecito para guardar agua, por si acaso para la casa pero cuando ese está vacío hay que ir a la finca del vecino, a un pozo que tiene ahí. Bien o mal aquí no se pasa hambre, en mi casa, porque yo siempre intento tener algo sembrado. Yo me muevo en la carreta, o en caballo o en bicicleta, eso depende a donde vaya, gracias a dios ahí tengo dos potricos que son bastante saludables

 

¿Qué sentimientos y emociones experimenta cuando piensa en la labor de garantizar la alimentación en la familia?

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Siento preocupación, pero más que todo cansancio. Garantizar la comida para mi familia es una lucha diaria, porque no sabes si lo que siembras va a salir bien o si el clima te va a traicionar otra vez.

 

Me da tranquilidad saber que algo les puedo dar de mi finca, pero al mismo tiempo me estresa no poder ofrecerles más, como carne o un plato decente todos los días. Mi mujer y mis hijos me ayudan, y eso me anima, pero a veces me siento solo en esto, como si todo dependiera de mis manos.

Es una presión grande, porque si no resuelvo, ellos no comen. Y con los apagones y la falta de agua, todo se pone más duro; hay noches que no duermo pensando en cómo voy a hacer.

¿Para Ud., cuál crisis ha sido peor, el Periodo Especial o la crisis actual? ¿Por qué?

Mira, yo diría que las dos son igual de malas, pero cada una te aprieta de una forma distinta. En el Periodo Especial, pasábamos hambre de verdad, no había casi nada que comer y dependías de lo poco que te daban o lo que podías inventar con la tierra. Fue un tiempo malo, de levantarte sin saber si ibas a almorzar, pero al menos las cosas de la libreta llegaban más seguido y había un poquito de apoyo del estado, como semillas o algo para trabajar.

 

Ahora, en esta crisis actual, hay más cosas en la calle, pero no las puedes comprar porque todo cuesta un dineral y el dinero no alcanza para nada. Los apagones estos de ahora son un tormento, porque sin luz no riego la finca, y si no riego, no cosecho. Entonces, las dos me han tenido contra la pared: antes por la pura escasez, y ahora por los precios y la falta de recursos. Ninguna ha sido fácil, las dos te quitan el aire, son malas igual.

 

¿Cómo llegó a escoger esta ocupación/actividad? ¿Influye la crisis actual en ella?

Yo soy campesino porque nací en esto; mi padre y mi abuelo trabajaban la tierra, y yo aprendí de ellos desde chiquito. No fue que lo escogí como quien dice, es lo que sé hacer y lo que siempre hice.

 

Aquí en San Antonio no hay muchas opciones, o siembras o pescas, y yo me fui a sembrar. La crisis actual me afecta muchísimo, porque ahora todo es más caro: las semillas, el abono si lo consigo, hasta el agua que saco de la laguna me cuesta trabajo por los apagones.

Antes vendía más fácil lo que cosechaba, pero ahora la gente no tiene con qué comprar, y yo tengo que subir precios o truequear. Es mi forma de resolver, pero cada día se pone más difícil.

¿Se imaginaría realizarla durante el Periodo Especial? ¿Qué cambiaría?

Sí, me imagino haciéndolo en el Periodo Especial, porque ya lo hice. En esos años yo también era campesino, sembraba lo mismo: boniato, yuca, plátano.

 

Lo que cambiaría es que antes había más ayuda del Estado; te daban semillas o un poco de fertilizante, y la libreta te aseguraba arroz y algo más. Entonces antes era más fácil, ahora todo es más difícil porque no hay insumos. La gente compraba menos, pero lo poco que vendías te alcanzaba para vivir.

 

Mira tú mismo, en esta crisis, no hay apoyo, y todo lo tienes que resolver tú solo. Los apagones también son peores ahora; en el Periodo Especial había cortes, pero no tan largos como estos de 12 horas. Y los precios, muchacho, antes no estaban tan altos como ahora; una libra de arroz no te costaba lo que vale hoy.

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