top of page

ENTREVISTA

Yo no quiero lujos, solo poder comer arroz y frijoles

Nicolasa y Lauro viven solos en Bauta y están en su octava y novena década de vida respectivamente. Su hija los atiende, pero no está permanentemente con ellos.

Ancianos.JPG

Si pensara en su alimentación diaria, ¿diría que come realmente lo que quiere y considera saludable? ¿Qué factores influyen en sus decisiones a la hora de elegir qué comer?

No puedo comer lo que quiero. No como lo que yo desearía porque tengo que comer lo que se consigue. Yo nunca trabajé en “la calle” y por eso no tengo pensión. Lauro sí coge chequera, pero no alcanza para nada. Por eso dependemos de lo que mi hija y mis nietos nos pueden dar. A veces un hermano mío que vive en Estados Unidos me manda un dinerito y con eso voy a los mercados y compro alguna carnita o algo de eso. Y bueno, en todo esto influye que las dificultades actuales que se están viviendo.

 

¿Cuáles son los alimentos más importantes en su dieta y de qué forma accede a cada uno?

​Bueno imagínate, el arroz, el pollo, el picadillo, los frijoles, espaguetis, más o menos es lo que más comemos. Y bueno, cuando se puede para el desayuno, también podemos incluir ahí la leche, el pan, lo que se presente en ese momento. Claro, casi todo me lo trae mi hija con dinero que manda mi nieto de los Estados Unidos. Algunas cositas sí las compro yo con mis ahorritos de lo que me manda mi hermano, el pan cuando pasan vendiendo, alguna vianda en la carretilla, así más o menos.

 

Ante la actual crisis económica en Cuba, ¿qué estrategias y opciones tiene para sobrellevar las dificultades que enfrenta?

La corriente, el agua y el dinero es lo que más problema me trae en el día a día.

Pero la dificultad más grande es que yo estoy sola aquí con Lauro, porque mi hija viene, me da una vuelta y ya. Para el lío de la corriente, bueno, hacer las cosas lo más rápido posible antes de que se supone que la van a quitar cuando es planificada, pero eso no funciona a veces porque la quitan sin avisar y pues te complicas. Mira, ya yo estoy haciendo la comida. Esperando que a las 3 la quiten. Entonces, ¿qué hago? Qué aprovecho en el momento en que hay corriente. Yo he tenido que cocinar todo lo que se echa a perder para aprovechar, usar leña, no bañarme para ahorrar agua, la verdad es de todo, y con Lauro que está ciego casi imagínate, todo se complica más.  Con el lío del agua es ahorrar bastante la que uno acumula, limpiar poco la casa, acumular agua de lluvia cuando llueve, más o menos esas cosas.

 

¿Qué sentimientos y emociones experimenta cuando piensa en la labor de garantizar la alimentación en la familia?

​​

Ah, no, sí, tristeza, porque uno a veces no piensa por uno, si no piensa por los demás. Yo pienso en mi esposo y lo miserables que están siendo sus últimos años y los míos, que ya estoy de salida también. Aquí no viene ni el del CDR, ni la delegada, nadie, es como si no les importáramos, si no es por la familia y los vecinos nos morimos de hambre.

¿Para Ud., cuál crisis ha sido peor, el Periodo Especial o la crisis actual? ¿Por qué?

Es que figúrate, en el Periodo Especial había mucha crisis, faltaban muchas cosas, pero ahora es más difícil conseguir la comida porque es muy cara, lo que estamos viviendo yo nunca lo había visto Antes del 59, era prácticamente bastante parecido, es verdad que para los pobres había poco, pero la mayoría de las personas podían comer algo.

Nosotros éramos del campo, guajiros, teníamos un pedacito de tierra que trabajábamos, y realmente la comida nunca faltó, nos faltaban muchas cosas pero comida siempre tuvimos Ahora no tenemos casi opciones de nada…

 

Yo nunca trabajé en la calle, como ya te dije, siempre fui ama de casa, crié a mis hijas, cuidé de mi esposo, llevé la casa, y por eso no tengo una chequera. Por otra parte, necesitaría que el Estado se acordara de uno. Si tuviéramos una atención mínima, aunque sea alguien que viniera a ver cómo estamos, eso ya sería un alivio, ¿tú no crees?

Lo más importante, creo, sería tener acceso estable a alimentos, a un precio que uno pueda pagar. Yo no quiero lujos, pero comer arroz, frijoles, un poquito de pollo, una vianda, eso debería estar garantizado, eso no es un lujo.

Y claro, de la corriente y el agua, ni te cuento. ¿Cómo uno va a mejorar o cambiar las cosas si tiene que estar adivinando cuándo se va a ir la luz para poder cocinar?

 

bottom of page